Se ha terminado el curso.
El verano nos servirá para descansar y recargar pilas, pero en nuestro recuerdo quedará un cargamento de momentos muy agradables, como el último día de clase: el ensayo general, la fiesta de cumpleaños de Adrián, los últimos juegos en el patio,... y por la tarde ... la esperada fiesta.
Deseo, de todo corazón, que los años en los que he sido vuestra tutora sean recordados con una sonrisa. Por mi parte, así será, pues ha sido un honor compartir con vosotros y vosotras tantos momentos (de trabajo, de juegos, de proyectos en común).
Muchas gracias por todo.
Se cierra una etapa de nuestras vidas y se abre otra, que seguro, nos traerá muchos aprendizajes que debemos aprovechar para ser mejores personas cada día.
Cumpleaños de mi cole.
Mi cole cumple años,
veinticinco, ¡casi “na”!.
¿A que no lo parece?
Su secreto tendrá.
Sus aulas y su patio
no dejan de escuchar
las risas infantiles
que le hacen soñar.
Cada año que empieza
sus muros se maquillan
con dibujos preciosos
de pequeños artistas.
Los libros y cuadernos
decoran sus rincones
y aquí aprenden mucho
hasta los remolones.
El tiempo pasa rápido,
mi vida seguirá
fuera de sus paredes
y en otro lugar.
Aunque los años pasen,
y crezca un montón,
el “Fermín Salvochea”
irá en mi corazón.
